viernes, 23 de octubre de 2009

Enrique

por lo menos hace 6 o 7 meses que lo veo cada mañana, organizando sus cosas. Ordenando sus frazadas mientras sus tres perros, fieles, lo esperan sin dejar de observarlo. limpia la vereda, ordena algunos cascotes y deja ese espacio para comenzar su dia, con sus cosas a cuestas, con su carro y sus camaradas perrunos. cada mañana lo mismo, yo desde el colectivo y el ordenando su pedazito de calle, tal como si fuese su cuarto, un rincon de su habitacion.

Ayer lo conoci, se llama Enrique y le di la mano.
Preguntando y buscando lo encontre en el Mercado de Pulgas, segui el ladrido de sus perros que lo esperaban afuera, obedientes, inamovibles.
Le lleve unos cuantos regalos, ropa abrigada, limpia y con olorcito a hogar.
Unos cuantos bolsos nuevos para que pueda guardar sus cosas y unos chocolates.

-"Ud es Enrique?"
-"Si, soy yo"
-"Ud es el señor que duerme ahi, en la esquina, con sus perritos...?"
-"Si, el mismo"
-"Ud... no se ofende si yo le regalo estas cosas, no?"
-"No, mi´ja, como me voy a ofender?, muchas gracias!"
-"sabe una cosa? Ud debe ser un buen hombre, como lo quieren sus perros, eh!"
-"Ud tambien señorita debe ser una buena mujer"

Nos apretamos fuerte las manos.
Nos sonreimos y nos dijimos adios.

Tiene manos delicadas y la mirada limpia.
Y yo, estoy tranquila.
Enrique y sus perros tienen una frazada nueva.
Enrique tuvo un dia diferente.
Y yo tambien.

15/06/2009

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