viernes, 16 de octubre de 2009

una de cal, una de mimos

Cuando se acerca fin de año es un tramo complicado. reuniones, compromisos, y en mi caso hacerle el aguante a marido con largas, (larguisimas!) horas de ensayos de teatro.
Dias agotadores, malabares con las cuentas, vacaciones que se acercan sin saber adonde ir por obvias razones economicas.
Este año nos resulto duro. saber que buscar un bebito no nos iba a resultar sencillo, nos sacudio, nos hizo gritar, llorar, enojarnos, distanciarnos y de nuevo volver a abrazarnos, llorando juntos porque se venia una dificil, pero tratando de no perder ni las ganas, ni las esperanzas, ni que la rutina nos encadenara en una queja abrumadora y casi constante.
Debo reconocer que ya tengo el master en "romper las bolas" y que marido, aun cuando se ofusca, escucha, pone el hombro y me da la mano.
Es una de cal y una de mimos. Sin lugar a dudas.

El viernes cenamos a la luz de unas velitas en un lugarcito hermoso que encontramos sin querer, caminando por el barrio, y mientras compatiamos un vino tinto, por arte de magia, aparecieron unos chicos, haciendo musica por la calle y hasta nos tocaron una melodia al compas de un acordeon, un violin y unas castañuelas.

Hacia rato que no me acordaba que ser feliz, son esos momentos, fugaces pero eternos

30/11/2008

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